El informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) subraya la urgente necesidad de modernizar y expandir las redes eléctricas a nivel global. De acuerdo con sus conclusiones, se requiere la incorporación o sustitución de 80 millones de kilómetros
de líneas eléctricas para 2040, equivalente a duplicar la infraestructura actual. Asimismo, la inversión anual en redes deberá alcanzar 600.000 millones de dólares
para 2030.
Uno de los mayores desafíos es la creciente acumulación de proyectos de energía renovable que esperan conectarse a la red. Actualmente, 1.500 gigavatios
de capacidad están en etapas avanzadas de desarrollo, una cifra cinco veces mayor a la capacidad solar y eólica instalada el año pasado. Si la inversión en redes no acelera, las emisiones de CO₂ entre 2030 y 2050
podrían incrementarse en 60.000 millones de toneladas
, lo que aumentaría el riesgo de superar los 2 °C
de calentamiento global.
Para abordar estos retos, el informe propone medidas estratégicas clave, como fortalecer las interconexiones eléctricas dentro y entre países, impulsar proyectos de transmisión a gran escala y digitalizar las redes para mejorar su resiliencia y capacidad de adaptación. También enfatiza la importancia de la cooperación internacional para asegurar que los países en desarrollo cuenten con los recursos adecuados para modernizar sus infraestructuras eléctricas.
En el marco de los acuerdos de Paris se ha iniciado un camino de crecimiento sostenido hacia a la descarbonización, que si bien no se ha realizado bajo los supuestos iniciales es justo tener en cuenta que el `planeta energético ha cambiado desde entonces. Presiones hercúleas de la demanda mutan progresivamente en su composición y tienden hacia un comportamiento exponencial. La oferta de generación y sus financiadores han estado a la altura reaccionando en tiempo real, reconfigurado una oferta que sin embargo no encuentra el empate necesario con las necesidades. A pesar que todos los sectores han reaccionado a las presiones de la demanda un cuello de botella impide que las puntas del mercado se junten, creando asimetrías que redundan en la formación de precio. El eslabón más debil de la cadena; La transmisión.
El histórico papel preponderante del sector público como actor que concibe y planea la construcción de redes de alta tensión ha limitado el accionar libre de las fuerzas del mercado, en parte porque la velocidad y naturaleza del sector es diferente y obedece a otras prioridades. La planeación publica de redes siempre estará más expuesta a presiones locales de las fuerzas políticas y sociales de las zonas que atraviesa. El tiempo es un factor determinante en la planeación financiera los flujos de caja son afectados de tal forma que pueden dar con el traste de un proyecto ya sea por retardos en la negociación o por falta de claridad en las reglas de juego.
Mas allá de definir los limites entre lo público y lo privado, materia que no no pretende dilucidar el presente artículo, lo que si se debe poner de manifiesto es la necesidad de que actores públicos y privados incentiven, financien y construyan redes privadas permitiendo que los dos modelos convivan.
- Un modelo paradójico
Resulta curioso que el modelo preponderante sea uno en el cual lo publico interpreta la demanda privada que surge en aparente libertad de asociación Una alternativa no excluyente seria la de un planeador privado que en vez de actuar conforme a la libre aparición de generadores, los congregara según una estricta planeación de la oferta y demanda ( muy a lo clásicamente público) creando redes independientes al sistema interconectado nacional, encadenando los proyectos a lineamientos de entes ambientales pero sin la anuencia compleja de la planeación gubernamental.
Centros de datos: Dinamizadores del mercado de la energía verde